domingo, 27 de julio de 2014

El momento justo

¿No te ha pasado que a veces quisieras que las cosas acontecieran más rápido?
A veces lo que queremos intensamente parece tardarse en llegar, casi como si fueran encomiendas que no llegan el día que esperamos. 
A mi me pasa muy seguido, hay cosas que anhelé o anhelo particularmente, que parecieran no ir aceleradas hacia mi, como yo voy acelerado hacia ellas. 

No te escribiría sobre esto, si no supiera lo frustrante que puede resultar encontrarse en una situación así, sobre todo porque a uno le da por ponerse en plan de mártir de la liberación de las masas y por ahí suenan los "pero si yo me lo merezco",  "la vida es tan injusta conmigo", "mejor lo dejo hasta aquí" o que se yo cuales cosas más.

Y quisiera decir que nunca tendrás que pasar por este tipo de episodios, pero creo, son esenciales dentro del proceso de crecimiento personal y encuentro propio. 

Nico, estoy seguro que serás una persona llena de sueños y metas, lo cual desde ya me alegra mucho; y como tu colega soñador puedo decirte con seguridad que no tendrás un camino fácil por delante.  Verás caminos bloqueados, puertas que se cierran, personas que se oponen a ti ferozmente y sin motivo e incluso, situaciones que se atraviesan entre tú y la meta, cuando estás a punto de alcanzarla. 

Pero fuera de todo lo difícil que tendrás que ver, o todo lo que pueda pasar antes de que llegue lo que anhelas, quiero decirte que a veces las cosas no pasan en el momento que deseamos, porque aun necesitamos aprender. Sin ofender a tu intelecto, es como si quisieras aprender a dividir antes de saber siquiera lo que es multiplicar. No es la tirana vida que quiere alejarte de tu destino maravilloso junto a las operaciones divisorias: es Dios tratando de enseñarte todo lo que necesitas saber para poder disfrutar con mayor intensidad lo que está por llegar.

Si me preguntaras si he visto personas que tienen lo que desean más rápido de lo normal, deberé responderte que si... vaya que las he visto; pero por sus abreviados caminos hacia las divisiones, pronto se ven por ahí frustrados y con las tablas de multiplicar en mano, y deben recorrer dos veces el mismo camino; con mas enfado y remordimiento del pasado del que uno quisiera mencionar.

Mi humilde pero vivido consejo es que aguardes, Dios te llevará por el camino justo y no se olvidará en ningún momento de lo que tu has pedido con fe, y tampoco tendrá a menos todo el trabajo que realices para alcanzarlo. No puedo decir que sea el camino más corto, tampoco puedo decir que sea el camino mas sencillo, pero puedo decir con seguridad que será el camino de mayor aprendizaje, y finalmente, de mayor plenitud.

Con Lesly durante el Campeonato Centroamericano Juvenil 2014, mi primera experiencia como arbitro.


No te desanimes, ni dejes de creer y esperar con total convicción aquello por lo que trabajas, que  Él lo hará llegar hasta ti: en el momento justo.

Ese momento no solo arribará con lo que tanto te esforzaste por obtener, sino que también se verá acompañado por toda la humildad necesaria para asumir tus victorias y el agradecimiento sincero para reconocer que lo que tienes viene de alguien cuyo amor sobrepasa tu entendimiento. 

Y si hay agradecimiento, humildad y plenitud... creo que todo lo que deseo para ti estará mas que logrado.

No tengas miedo, no te sientas triste, y tampoco te desanimes cuando parezca que otras van adelante (festeja junto a los demás sus victorias), que Dios no se ha olvidado de ti; solo está preparándote con amor para todos aquellos regalos que Él tiene para ti. Lo que aprendas durante la espera, seguro terminará valiendo más que la culminación misma.

Desde un par de años atrás, te lo escribe alguien que cuya vida ha sido inundada de bendiciones, solo tras la espera y el aprendizaje necesario. 

Te amo Nico.

Con Carlos y Allie, mis amigos centroamericanos.


 Por:
Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com



miércoles, 2 de julio de 2014

Un buen plan

Tus innumerables tíos te contarán un día lo pésimo que soy para hacer planes; no se como explicártelo, pero hago muchos, concreto pocos, cambio constantemente los que ya elaboré. A veces hago planes, y al día siguiente decido que quiero ir por un rumbo diferente y dejo en pausa muchas cosas; creo que no bastarían los archiveros del gobierno central para almacenar todos los planes locos, a la ligera, serios y/o muy bien elaborados que en algún momento tuve en mi vida. 
No estoy entregado al cien por ciento a la planificación, así que cuando Moises, la Menchita o Lesly te cuenten alguno de mis locos proyectos  tenés mi autorización para reírte un poco.

El Chorrerón, San fernando, El Salvador.


Con todo lo anterior no quiero decir que no hayan cosas en las que he persistido, y sobre las cuales tengo expectativas a largo plazo; pero supongo que más que saberlo desde un inicio lo fui descubriendo en el camino y decidí ir por ello; la esgrima y el turismo son ejemplos concretos de eso. 

Seguro te estás preguntando que trato de decir (la verdad yo también estoy tratando de ordenar mis ideas porque soy un poco desorganizado) y la cuestión es que no importa si elegís ser una de esas personas que viven sus vidas siguiendo planes muy bien elaborados (lo cual es admirable) o sos de aquellos que quieren enfocarse en el día a día y elaborar únicamente planes a corto plazo que sean fácilmente modificables... no importa. 

No importa si querés ir descubriendo que pasa si tomás el camino "a", y que sucede luego cuando "a" se divide en "b", "c" o "d"... no es realmente crucial, tener un plan inamovible en la vida, yo soy testigo de ello y vaya que vivo muy dichoso. 

Lo que realmente cuenta, lo que no podés olvidar, es que cada paso por sencillo o pequeño que sea debe estar encomendado a Dios. No importa si es un proyecto millonario, o la simple decisión de escoger un nuevo lugar para vivir los próximos seis meses, si esta confiado a Él, seguro saldrá bien. 

Dejar que Jesús sea el centro de tus planes o tus decisiones del día a día... ese es un estupendo plan. 

Podría pasarme la noche entera escribiendo todas las ocasiones  en que las cosas salieron bien (incluso contra el peor de los pronósticos)  en mis proyectos por el simple hecho de haber dicho con fe " Dios, Tú tienes el control, ordena todo para que pueda tener éxito y glorificarte en mis victorias" 

Y así es como todo sale bien; es una formula sencilla de éxito infranqueable que requiere solo un poco de confianza y agradecimiento incluso cuando el cielo se ve nublado. 

No hay plan, el plan es dejar todos los planes en manos de Dios y pedir un poco de sabiduría para que en el camino, todo lo que hagamos sea agradable a Él. 

Ese... ese es un buen plan Nico. 

No tengo mucho más que decir este día... solo dar testimonio de todo lo bueno que acontece en mi vida gracias al amor y misericordia infinitos de Jesús; que siempre que me siento decepcionado de algunos acontecimientos, llega para darme regalos y bendiciones inesperados y maravillosos. 

Mi vida es dichosa gracias a Él. 


Espero que esto te sea útil algún día. 

Un enorme abrazo.

"Mi vida es dichosa gracias a Él"

Por: 
Carlos Eduardo Gómez
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cared1992@gmail.com