¿No te ha pasado que a veces quisieras que las cosas acontecieran más rápido?
A veces lo que queremos intensamente parece tardarse en llegar, casi como si fueran encomiendas que no llegan el día que esperamos.
A mi me pasa muy seguido, hay cosas que anhelé o anhelo particularmente, que parecieran no ir aceleradas hacia mi, como yo voy acelerado hacia ellas.
No te escribiría sobre esto, si no supiera lo frustrante que puede resultar encontrarse en una situación así, sobre todo porque a uno le da por ponerse en plan de mártir de la liberación de las masas y por ahí suenan los "pero si yo me lo merezco", "la vida es tan injusta conmigo", "mejor lo dejo hasta aquí" o que se yo cuales cosas más.
Y quisiera decir que nunca tendrás que pasar por este tipo de episodios, pero creo, son esenciales dentro del proceso de crecimiento personal y encuentro propio.
Nico, estoy seguro que serás una persona llena de sueños y metas, lo cual desde ya me alegra mucho; y como tu colega soñador puedo decirte con seguridad que no tendrás un camino fácil por delante. Verás caminos bloqueados, puertas que se cierran, personas que se oponen a ti ferozmente y sin motivo e incluso, situaciones que se atraviesan entre tú y la meta, cuando estás a punto de alcanzarla.
Pero fuera de todo lo difícil que tendrás que ver, o todo lo que pueda pasar antes de que llegue lo que anhelas, quiero decirte que a veces las cosas no pasan en el momento que deseamos, porque aun necesitamos aprender. Sin ofender a tu intelecto, es como si quisieras aprender a dividir antes de saber siquiera lo que es multiplicar. No es la tirana vida que quiere alejarte de tu destino maravilloso junto a las operaciones divisorias: es Dios tratando de enseñarte todo lo que necesitas saber para poder disfrutar con mayor intensidad lo que está por llegar.
Si me preguntaras si he visto personas que tienen lo que desean más rápido de lo normal, deberé responderte que si... vaya que las he visto; pero por sus abreviados caminos hacia las divisiones, pronto se ven por ahí frustrados y con las tablas de multiplicar en mano, y deben recorrer dos veces el mismo camino; con mas enfado y remordimiento del pasado del que uno quisiera mencionar.
Mi humilde pero vivido consejo es que aguardes, Dios te llevará por el camino justo y no se olvidará en ningún momento de lo que tu has pedido con fe, y tampoco tendrá a menos todo el trabajo que realices para alcanzarlo. No puedo decir que sea el camino más corto, tampoco puedo decir que sea el camino mas sencillo, pero puedo decir con seguridad que será el camino de mayor aprendizaje, y finalmente, de mayor plenitud.
No te desanimes, ni dejes de creer y esperar con total convicción aquello por lo que trabajas, que Él lo hará llegar hasta ti: en el momento justo.
Ese momento no solo arribará con lo que tanto te esforzaste por obtener, sino que también se verá acompañado por toda la humildad necesaria para asumir tus victorias y el agradecimiento sincero para reconocer que lo que tienes viene de alguien cuyo amor sobrepasa tu entendimiento.
Y si hay agradecimiento, humildad y plenitud... creo que todo lo que deseo para ti estará mas que logrado.
No tengas miedo, no te sientas triste, y tampoco te desanimes cuando parezca que otras van adelante (festeja junto a los demás sus victorias), que Dios no se ha olvidado de ti; solo está preparándote con amor para todos aquellos regalos que Él tiene para ti. Lo que aprendas durante la espera, seguro terminará valiendo más que la culminación misma.
Desde un par de años atrás, te lo escribe alguien que cuya vida ha sido inundada de bendiciones, solo tras la espera y el aprendizaje necesario.
Te amo Nico.
Con Carlos y Allie, mis amigos centroamericanos. |
Por:
Carlos Eduardo Gómez
cared1992@gmail.com