domingo, 31 de enero de 2016

A oscuras

Hola Nico. 

Debo decir que una vez concluido el primer mes de 2016, las cosas han ido muy bien y a pesar de muchas de las dificultades previstas, puedo declararme bendecido a este momento. 

Sería complicado tratar de resumir en historias toda la calma, la plenitud y todos los momentos de silencio que hasta ahora han ayudado a que los ruidos y severos embotellamientos de emociones comiencen a fluir y a desaparecer en el horizonte. 

El año va bien, las bendiciones no se han hecho esperar y ha habido buen ánimo para afrontar los retos y oportunidades que se han presentado. 

Recién volví de una semana al otro lado del país, en lugares en los que no había estado nunca, en caminos que me han hecho pensar que no conozca nada, rodeado de personas nuevas que con sus sonrisas y vivencias me han devuelto el buen humor y la esperanza. Me siento bendecido y con ganas de comenzar los próximos veintinueve días. 

Me siento tan bendecido como hace cuatro días cuando al llegar al mar en una de las más oscuras noches, también tuve la oportunidad de ver el cielo espectacularmente adornado de estrellas. No lo creerías por mis historias, pero nunca había podido ver tantas estrellas en el firmamento, nunca había podido ver tantas como en aquella noche tan particularmente oscura. 

Eso me hizo pensar Nico, en lo difícil que resulta ver todos los astros del cielo, si el terreno abajo está tan bien iluminado. Y me hizo pensar también que en la vida, hay muchas bendiciones y cosas buenas que solo vemos cuando nuestra zona de confort parece ponerse no tan confortable. 

Cuando nuestra área segura se pone un poco oscura, es cuando somos capaces de ver a todas esas estrellas que son capaces de resplandecer justo a nuestro lado o en este caso, sobre nuestras cabezas.  

Cuando la vida parece no estar tan bien iluminada, es cuando podemos ver con mayor certeza  esas luces que realmente nunca han dejado de brillar para nosotros; es entonces cuando encontramos la incondicionalidad del amor y la seguridad de la bondad de Dios en nuestras vidas. 

Cuando algún episodio de tu vida parezca lo suficientemente oscuro y tenebroso como para desear correr, creo que será buen momento para ver hacia arriba y contemplar el maravilloso espectáculo montado por Dios para recordarte que su misericordia y su amor siguen estando ahí a pesar de las condiciones y de la oscuridad que podás estar atravesando. 

Te aseguro que encontrarás miles de estrellas brillando todas juntas para vos, buscando que con todo y las circunstancias volvás a sonreír. 

Tranquilo, todo estará bien. 

Desde un par de años atrás, 

te ama, 

Papá. 

Amanecer en el Cuco, El Salvador. Foto: Elmer V.


Por:
Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com