lunes, 11 de octubre de 2021

Palabras de amor

 Hola Carlos, 

Solía escribirte una carta en tu cumpleaños todos los años; perdón por no llegar a tiempo esta vez. 

Comprendo que ha sido un año complicado, lleno de retos y aprendizaje pero no queria dejar pasar más tiempo sin decirte un par de cosas que desde agosto traía en mente. 

Como es propio de vos, te es muy fácil hablar de tus defectos y bromear o reírte de ellos no resulta nada del otro mundo. Casi siempre, al hablar de esos defectos, pareciera que tratás de castigarte antes que alguien más lo haga. Te gusta hacer bromas pesadas sobre vos, porque preferís burlarte de vos mismo a pasar por el terrorífico episodio en el que alguien más lo hace. 

Si me lo preguntás, te entiendo y sé que a veces reírte de aquellas cosas en vos mismo que duelen es mucho mas fácil que intentar abrazarlas con comprensión. Sé que estás trabajando en ello y no dudo que ese proceso de autoconstrucción se ha intensificado particularmente este último año. 

Pero no es sobre defectos que te quería hablar esta vez, porque ya sé que esos los tenés bastante bien identificados. Hoy en particular, quería contarte un poco de las cosas que admiro de vos y que, a pesar de conocerte tanto, de vez en cuando no dejan de sorprenderme. Más que contarte sobre ellas, quiero agradecerte porque a pesar de muchas circunstancias no has dejado que esas cualidades se extingan dentro de vos. 

Gracias primero por no rendirte con vos mismo; sé que dentro de todos tus proyectos, a veces te volvés el más complicado; y plantarle persistencia y resistencia a tu proyecto más importante es algo que vos nunca dejás de hacer. Admiro mucho cuando vas solo a comer Taco Bell únicamente para tener un rato en el que te consentís. 

Gracias por siempre sonreír ante lo adverso. Creo que conozco a pocas personas que incluso al llorar sepan decir una broma que rompa la tensión del momento y sé que este año ha traído desafíos que por ratos te hicieron desear emprender retirada y volver a la cuarentena. Gracias por contemplar esos retos, por abrazar el miedo y la incertidumbre que sentías y aun así, seguir adelante con una sonrisa. 

Gracias por siempre esperar lo mejor. Sonreír podría parecer fácil pero, ser capaz de seguir teniendo esperanza a pesar de la incertidumbre es como la gasolina que permite que sigamos en marcha en ese camino que, a veces, parece ser cuesta arriba. 

Gracias por todo el esfuerzo. Sigue sorprendiendome ese empeño que ponés en todo lo que hacés como si fuera un regalo que vas a darte a vos mismo. No dejés que ese lema de trabajo de "bien hecho desde el inicio" se acabe nunca. Ya vos y yo sabemos como ha servido trabajar siempre con la simple pero firme convicción de que las cosas se hacen bien unicamente porque asi es como deben ser hechas. 

Gracias por mantener tu corazón abierto para amar. En el pasado hubo experiencias que te han tentado a creer que hay que dar de forma limitada, que hay que contener el amor para no parecer debil o que hay que dejar de expresar para que no parezca que de verdad aprecias a alguien. Gracias por no creer en nada de eso. 

Y si lo creíste en algún momento, gracias por renunciar a esas creencias. 

Gracias, porque a pesar de lo muy defectuoso que creés que sos, aún seguís estimandote como un trabajo en proceso que está lejos de ser terminado y que es capaz de automejorarse todos los días. 

Gracias, porque con todo y el camino cuesta arriba, sacás una asombrosa fuerza de tu interior para seguir dando pasos firmes hacia tu propia cumbre personal. 

Seguí trabajando en vos que sé que tendrás mucha aventuras para contar. Seguí trabajando en vos, como decís siempre, sin prisa pero sin pausa. 

Felices veintinueve, Carlos. 

Con amor. 


Por:
Carlos Eduardo Gómez
cared1992@gmail.com