jueves, 31 de diciembre de 2015

3020

Nico

Voy a ser breve esta vez, 2015 se acabó.
Para mí ha sido, sin duda, el año más complejo y duro de mi vida; con episodios que han excedido mi entendimiento, con derrotas que han llevado al limite mi paciencia, y con reveses que han destruido casi por completo mi definición del Carlos "orgulloso de si mismo" que habías venido leyendo.

El 2015 ha sido el año del más duro e intenso aprendizaje, de más llanto, y de más puertas cerradas. Han sido mis 365 días más asombrosamente turbulentos.
Hoy se acaban, hoy se acaba un año duro, por el cual agradezco exageradamente, porque las enseñanzas que quedan, son más profundas y valiosas que las de los años anteriores.

Las derrotas, han ido forjando un mejor guerrero.

Estoy feliz porque justo a final de año, nuestro blog superó las tres mil visitas, ahora mismo tenemos 3020.

No espero más que cosas buenas de 2016, pero dispongo mi corazón para recibir con agradecimiento lo que Dios quiera darme.

Declaro que el año que viene traerá paz, descanso, nuevos ánimos, fuerza y valentía para afrontar los retos que se presenten, humildad para asumir las derrotas, y el doble de humildad para tomar las victorias. Declaro que habrá salud y bienestar, que habrá cosas buenas fluyendo por montones.

Pero declaro, más que nada, que a cada paso, será Dios quien abra el camino, para estar confiados y seguros de su compañía.

Agradezco, en nombre mío y tuyo, a quienes me han regalado esas tres mil visitas, a quienes han enviado correos, a quienes me han dejado saber que lo que escribo ha ido adquiriendo un significado  positivo en sus vidas. Que el año que viene, hayan nuevas, mejores, y más apasionantes aventuras para contar.

Como dije antes,
espero ansioso el día de nuestro encuentro.

Desde un par de años atrás,

te ama

Carlos.

Parque Nacional El Imposible, El Salvador, 2015


Por:
Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com


martes, 29 de diciembre de 2015

Sin muchas palabras

¿Como estás? 
Si has leido mi blog sabrás que esta es una de las cartas más cortas que hay por aquí. No es para Nico, no es para Carlos tampoco; esta es para vos. 

Tengo muchos días de no escribirte y platicar con vos por largo rato como solíamos hacerlo antes; perdoname por eso. No soy muy bueno para expresarme cuando estoy nervioso, perdón otra vez. 

Realmente no tengo más que un motivo especifico y claro para esta carta: decirte cuanto te quiero. 
Si por los hechos parece que no es cierto, solo dame el beneficio de la duda ¿si? 

Vos sabes que siempre estaré agradecido con Dios por haber puesto en tu corazón el deseo de cuidarme, de respetarme y de ser sincero conmigo, incluso si eso podía ser doloroso para vos. Gracias por poner mi bienestar en una posición privilegiada, no sabes cuanto te lo agradezco.  

Gracias por tu cariño, porque cada unos de tus pequeños mensajes, o de mis pequeñas respuestas, me hace recordar que aun podemos hablar con el mismo humor y alegría del primer día. Gracias por tu cariño, de verdad. 

Te admiro, como se admira a aquellos de quienes deseamos aprender. 
Tu fe, tu paciencia y tu amor, siguen siendo ejemplos para mí. Esos ojos, donde nunca fui capaz de ver ningún tipo de rencor aun me inspiran a aprender a deshacerme de los propios rencores que a veces sé que cargo. 

He pensado que 2015 ha sido uno de las años más difíciles de entender en mi vida, pero agradezco a Dios por permitirme conocer a alguien tan valiente como vos, por mostrarme como lucen los héroes en persona. Cada día, mientras me pase la vida, le agradeceré a Dios por vos, y por tu valiente franqueza. 

Para 2016, solo quiero desearte lo mejor, y lo mejor, y lo mejor... 
Declaro para tu vida, amplias, abundantes y asombrosas bendiciones, declaro paz y calma, declaro salud y bienestar, declaro éxito en cualquier aspecto de tu vida, declaro alegría y gozo, declaro días soleados con las oportunas lluvias para refrescar. 

Para vos, yo solo puedo declarar lo mejor, porque eso es lo que mi corazón siente que mereces.

Yo sé que Dios se encargará de hacer que cada uno de mis deseos para tu vida, se materialice en esas bendiciones que siempre has deseado contemplar. 

Mientras tanto, podes saber que cada día antes de dormir, mi boca pronuncia tu nombre cuando estoy platicando con Él, a quien debe ser siempre toda la gloria. 

Así que, con los mejores de mis deseos, no me queda más que cerrar está carta diciéndote cuanto te quiero. 

Ojalá Nico pueda escuchar un día de lo maravillosa persona que sos. 

Con amor, 

Carlos. 

Parque Nacional El Imposible, El Salvador, 2015


Por:
Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com



jueves, 24 de diciembre de 2015

Con las palabras correctas

Nico: en la casa de la abuela no se celebra la navidad. 

No sé si algún día me lo vas a preguntar, o si algún día te va a molestar como lo hizo conmigo, pero llegado el momento te vas a dar cuenta que en la casa de la abuela no celebramos nada relacionado a la navidad. 
Tu abuela es enfática y firme en el asunto de no creer en estas celebraciones que por cierto tienen orígenes paganos (cuestión que para nada nos interesa, sólo es un dato extra en esta carta). Se me han pasado veintitrés años y nunca la he visto mostrar interés en montar grandes cenas, o hacer alarde de ropa nueva en estos días.  

De pequeño me sentía decepcionado de que ella no quisiera emocionarse por hacer las compras, la gran cena, el baile o la celebración de estas fechas; pero con el tiempo y un poco de comprensión a fuerza de la vida he ido teniendo pequeñas ideas de sus razones para oponerse firmemente a estas cosas. 

No voy a contradecir ni a ofender con argumentos bien maquillados las celebraciones de nadie; pero si vamos a celebrar y a felicitarnos este día, que sea con las palabras correctas:
Feliz intento de amar al prójimo, de darle de tu comida, de tus bendiciones, de lo tuyo; feliz intento de compartir con aquel que ha sido abandonado, discriminado, marginado o que no luce tan bien como tú, felicidades en tu intento de acogerle y brindarle un poco de esperanza y ayuda. 

Feliz intento de amar a tu familia todos los días y no solo los veinticuatro y veinticinco de diciembre de cada año, feliz intento de dar tu apoyo y solidaridad a todos, y no los regalos envueltos en bonitas decoraciones. 

Feliz intento de dejar de estrenar, para que estrene alguien que necesita ropa, y no ropa nueva como tú. Felicidades por alegrarte de los triunfos y éxitos de los demás y no solo por los tuyos. Felicidades por ser un buen amigo todos los días, por dar tu amor, apoyo y aliento en cualquier fecha y no solo en esta celebración. 

Felicidades por ir y buscar al necesitado para compartir con él;  por no esperar, a que él llame a tu puerta. Felicidades por tu brazo de apoyo con el enfermo, con el que no sabe a donde ir, o con el que se siente desconsolado. 

Felicidades por abrir las puertas de tu hogar, y tu mesa a aquel que tiene hambre o no tiene donde hospedarse. 

Felicidades por celebrar así, el nacimiento del Maestro, de aquel niño que llegado su momento entregó su vida para salvar al pecador que le necesitaba. A quien dio su vida para que mediante sus llagas fueramos curados. 

Felicidades, porque entonces hay una verdadera celebración a la que Él también está invitado. 

Feliz navidad Nico. 

Desde un par de años atrás, te ama,

Papá. 

Parque Nacional El Imposible, El Salvador. 

Por:
Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com





sábado, 28 de noviembre de 2015

Asunto: miedo

Querido Nico, 
Realmente no tenía planeado escribir hoy, de hecho casi nunca planeo escribir, pero hoy, el asunto es más casual de lo normal. 
Y no es que quiera decepcionarte, pero antes mis más recientes impases quisiera contarte un poco más sobre esa parte de mí de la que casi solo hablo con las personas que tengo muy cerca, y que valoro con particular intensidad. 

Resulta Nico, que soy un ser humano lleno de muchos miedos. 
¿Qué tantos? Realmente no lo sé, y a veces me da miedo contabilizar todas esas cosas o situaciones a las que les temo, porque entonces temo, encontrar que no tengo ni siquiera esa pizca de gallardía y/o valentía que quisiera creer que tengo. 

Así es, soy tan cobarde a veces, que realmente siento que tengo miedo, de tener miedo; e incluso cuando estoy tranquilo, me agito y siento el corazón acelerado de pensar que esos momentos de tranquilidad y seguridad se van a acabar por culpa de uno de esos episodios de terror aconteciendo en mi mente. 

Te podrá parecer gracioso, pero la verdad, debajo de mi estructura aparentemente tan solida, no hay más que un corazón lleno de inseguridades. Ser un buen estudiante, me ha generado miedo a que haya alguien que destaque mas que yo en lo académico; ser atleta me hace tener miedo a perder; ser "yo", me hace tener miedo a no ser tan bueno como espero o quiero, o a no ser tan bueno como (creo, imagino y alucino) los demás quieren que sea. 

No sé Nico; no tengo la clave en el asunto de superar los miedos. Estoy seguro de no ser el mas valiente; pero algo sé con certeza, y es que en Dios siempre podemos encontrar paz y calma. 
No importa que tan turbulentas parezcan las cosas, o que tan terrorífico luzca el panorama, al acercarnos a Él, podremos encontrar siempre a un fiel defensor; al Pastor de las ovejas.  

Si hay miedo, podemos acudir una y otra vez ante Él, y Él sin duda tendrá respuestas que puedan calmar nuestros corazones agitados. Su constante atención y cuidado, es capaz de calmar la más fuerte turbulencia, y de devolver la tranquilidad sin importar las dimensiones del temor que estemos experimentando. 

No puedo decir que sé como vencer el miedo, pero sé de alguien que no ha perdido una sola batalla, y que sin duda, peleará por ti, como lo ha hecho por mí. 

Desde un par de años atrás, 
te ama, 
papá. 

Salmo 23
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Por:










domingo, 22 de noviembre de 2015

Las cincuenta cosas sobre mí

Hola Nico,
Hace unos días me di cuenta que estaba de moda entre los "youtubers" hacer vídeos en los cuales abordan cincuenta cosas sobre ellos mismos. Entonces, como un simple capricho de "bloggero", decidí que quería contarte las cincuenta cosas sobre mí; y henos aquí.

No puedo afirmar que estas cincuenta cosas vayan a describirme con el paso de los años, es más, ni siquiera estoy seguro que sean fiables el día de mañana; pero cuando estés conmigo, y si tenés preguntas al respecto, intentaré responderlas todas y ver que cosas conservaron su validez y cuales no.

Estas son las cincuenta cosas sobre mi:

  1. El año que nací se firmaron los Acuerdos de Paz en El Salvador, cuestión que me resulta interesante, y por alguna razón extraña me hace sentir orgulloso. 
  2. Prefiero los covers sobre las versiones originales, en casi cualquier canción de casi cualquier persona. 
  3. Si mi primer apellido fuera una cualidad negativa, seguramente me llamaría Carlos Altanería. 
  4. Muchas veces en mi vida, y por mucho tiempo, me he rehusado a tener un teléfono celular.
  5. Mi primer beso fue a los cuatro años (o antes quizás); si, fue un beso en la boca. 
  6. Aun quisiera reclamarle a mi profesora del pre kinder por preferir a otro niño (que para mi tenia cara de leoncito) y no a mí.
  7. Creo que si he roto corazones en mi vida, el primero se lo rompí a una de mis compañeras de preparatoria que se había enamorado de mí cuando teníamos seis años. 
  8. El castigo que mi abuela nos imponía de pequeños, era rezar el Padre Nuestro.
  9. El olor a pan recién horneado es de esas cosas que me ponen nostálgico porque mi abuela solía hornear pan mientras viví con ella. 
  10. A los nueve años me robé una sandía de la casa de unos vecinos, cabe mencionar que la sandía es mi fruta favorita, y la prefiero más desde entonces. 
  11. Ir a la quebrada donde se vertían los desechos de la colonia en la que vivía, fue durante un buen tiempo de mi infancia, la aventura diaria. 
  12. A los 11 años vi "El Exorcista", y pasé casi dos meses orando durante horas por la noche porque no me podía dormir del miedo. Jamás he vuelto a ver esa película tan espantosa. 
  13. Creo que a los 12 años vi por primera vez, la que ha sido hasta le fecha, mi película romántica favorita; casi siempre que veo "Amarte Duele", lloro. 
  14. Siempre me molestó no ser el favorito de mis maestros desde primero a sexto grado. Cuestión que cambió cuando llegué al tercer ciclo. 
  15. Una vez, cuando yo tenía trece años, intentaron asaltar mi casa por la noche; a causa de ello, volví a dormir con mamá por algún tiempo y siempre en casa dejabamos la luz del baño encendida. Pasó bastante tiempo hasta que por fin pude olvidar ese miedo. 
  16. Yo comencé a aprender inglés en 2005, y cargué con la cruz de tratar de perfeccionar mis habilidades con un segundo idioma hasta este año (2015) que trabajé en un call center.
  17. Cambiar de escuela en 2006, representó uno de los cambios más drásticos de mi vida. 
  18. No siempre fui buen estudiante, de hecho creo que estuve a punto de aplazar el segundo y tercer grado (pero eso es solo una creencia mía). comencé a ser "nerd" en el cuarto grado. 
  19. Mi telenovela favorita es de origen argentino, se llama "Sos mi vida". Creo que el valor  está realmente en que la veía junto a mamá. 
  20. Mi libro favorito de todos los tiempos se llama "Déjame que te cuente" de Jorge Bucay, y es particularmente invaluable para mí porque me lo regaló tu abuela, como recuerdo de su viaje a Europa. Siempre se me empañan los ojos cuando leo la dedicatoria que ella escribió.
  21. Solo conservo un juguete de infancia que tu abuela me regaló no recuerdo cuando. Lo conservo porque una vez por accidente le corté la cabeza (estaba muy triste y llorando por haberlo arruinado) y tu abuela en lugar de desecharlo, me consoló y lo reparó conmigo. Sigue ahí como evidencia que hay cosas que vale la pena arreglar. 
  22. Tengo más de un mejor amigo, de hecho tengo varios mejores amigos, y todos son mejores por igual. 
  23. Mi hermano y hermana están en la lista de mis mejores amigos. 
  24. He intentado aprender a tocar guitarra tres veces diferentes; en todas las ocasiones, sin resultado. 
  25. A pesar de cualquier tipo de comentario sobre mi vida sexual y mi "honorabilidad", he vivido todo lo referente a mi sexualidad con mucha responsabilidad y soy de los que aun creen que la abstinencia es algo importante, incluso después que se deja de ser virgen. 
  26. Una vez copié en un examen y lo confesé; no pasó nada. Una vez copié y traté de ocultarlo; me descubrieron, me quitaron el examen y reprobé matemáticas ese periodo.
  27. Cuando estaba en bachillerato le grité "su abuela" a un profesor, y afirmé que no le pediría perdón, cuestión que me valió una amonestación disciplinaria y al final, terminé pidiéndole disculpas.
  28. Comencé a hacer esgrima a los 16 años, después de haber pasado mi vida entera creyendo no tener ninguna cualidad deportiva. Tengo ya siete años entrenando y he sido parte del equipo nacional de El Salvador por cinco. 
  29. A estas alturas de mi vida, he sido campeón centroamericano de esgrima tan solo una vez en 2012. 
  30. Mi primera cita romántica fue a los 18. No funcionó
  31. Mi primer beso de amor fue una semana antes de cumplir 19. En 2011 si no me equivoco. 
  32. El año 2008 fue un año trascendental para mi porque conocí a dos de mis mejores amigas. Nancy y Gaby. 
  33. En 2010 conocí a otra de mis mejores amigas, por un arranque de sociabilidad en una clase de la universidad. Me dí la vuelta y le dije "hola, ¿como te llamas?" a una extraña.
  34. En 2011 viajé a Nicaragua a competir y gané mi primera medalla centroamericana, también fue el viaje donde consolidé mi amistad con Lesly (otra amiga de la lista VIP)
  35. En 2011 descubrí otra de las tantas razones por las cuales afirmo tener la mejor mamá del mundo. Nico, vos vas a tener la mejor abuela. 
  36. En 2012, a mis veinte años me ofrecieron por primera vez sexo "sin compromiso", asunto que me puso en modo de gallina culeca y espantada.  Rechacé la oferta.
  37. En 2012 me subí por primera vez a un avión, fui a Venezuela totalmente solo y a competir. Pasé aterrorizado casi todo el camino.
  38. Una vez apliqué al programa de jóvenes talentos en matemática de la Universidad de El Salvador; no clasifiqué, y no estoy seguro de sentirme contento con la idea.
  39. En 2013 conocí Perú, y es hasta la fecha, mi país favorito. 
  40. Me gradué con honores de la universidad. 
  41. El 2015 ha sido, sin duda, el año de más complejo aprendizaje en mi vida. Creo que mucho de mi orgullo se ha visto totalmente desvirtuado; y aquí estoy, escribiendo esto. 
  42. El agua de coco y el sorbete napolitano siempre me ponen de buen humor. Y cuando digo siempre, es porque ha sido siempre. 
  43. Siempre he sido muy miedoso: el más miedoso de mi familia y sin duda, en mi vida, pocas personas han superado esa facilidad que tengo yo para asustarme. 
  44. Tengo amores musicales: de la música en español son Natalia Lafourcade y Jorge Drexler y de la música en inglés son Michael Bublé, Jack Johnson y Jason Mraz.
  45. Me tomo el café con azúcar y me parece rara la gente que no lo hace igual. 
  46. Ya he pensado que canción quiero que se toque en mi boda: "La pareja ideal" de Marco Antonio Solís. 
  47. Hablo tres idiomas: español, inglés y francés; planeo aprender alemán porque mi sexto sentido me dice que el amor de mi vida hablará alemán como lengua nativa. 
  48. Me encanta comerme el pan francés frito en margarina. 
  49. Le tengo un miedo extremo a las cucarachas voladoras. 
  50. Creo en Dios, creo en el sacrificio de Jesús por mi vida, y a pesar que soy una oveja algo rebelde en el rebaño, trato de no estar muy lejos. La presencia del Pastor me infunde aliento. 
Creo que cincuenta cosas no bastan para describirme bien. De hecho calculo que me harían falta, al menos, otras cincuenta para crear un boceto sobre mí. 
No te preocupes Nico, si algún día lees esto y queres saber más, nos podemos sentar juntos y platicar al respecto mientras tomamos un café (eso si, con azúcar).

Desde un par de años atrás, te ama

Papá. 




domingo, 30 de agosto de 2015

Carta para Carlos: Sin orgullo.

Siempre me has parecido una persona muy particular, te reis de las cosas que nadie se ríe pero no soportas que otros se rían por cualquier cosa, hablas bonito de las cosas que parecen malas pero no soportas el optimismo cuando le pertenece a alguien más, te quejas de todo pero tildás a los demás de débiles y dramáticos; sin duda sos una completa personalidad. 

Siempre escucho atento cuando la voz de tu crítica es tan fuerte que se te olvida que a vos también te han criticado; y que eso no se siente nada bien. Pareciera que no aprendes nada; y que por cada paso al frente, das tres hacia atrás. 

Durante veintitrés años te he visto caer y levantarte más veces de las que me gustaría, pero este año que acabas de cerrar lo voy a resumir en una cosa: este ha sido un año sin orgullo. 

Creo que siempre te ha gustado presumir de todo lo que lográs, de lo muy bien que te va en la vida a pesar de las decepciones, y de lo mucho que mereces ser admirado por como tus pocos recursos han sido tan bien administrados; querés que se te admire desde abajo por ser estudiante aplicado, atleta y “buen hijo”.  

Te encanta que la gente te diga que te merecés más de lo que tenés (porque vos en efecto creés que lo merecés) y que te feliciten por ser tan dedicado en lo que haces. Estás siempre exigiéndote más, únicamente con el afán de seguir recibiendo esos buenos comentarios que tanto te alimentan.

Pareciera que estar orgulloso de vos mismo ha sido siempre el denominador común a lo largo de más de dos décadas.

Y sé bien que los últimos trescientos sesenta y cinco días te demostraron a peso de llanto que algunas cosas deben ir cambiando. Durante los doce meses que nos preceden he visto muchas puertas ser cerradas frente a tus ojos expectantes de la posibilidad de abordar nuevos caminos. 

Entre algunas cosas puedo mencionar que no fuiste aceptado para estudiar tu maestría en el extranjero (cuestión que sé, ha sido uno de tus sueños de vida), también que pasaste siete meses de tu vida buscando un empleo que nunca llegó, y que esa seguridad y orgullo  de los que tanto presumiste durante cinco años de carrera universitaria, se vieron derrumbados silenciosamente a inicios de  2015 cuando te diste cuenta que al parecer aun sos un ser humano absolutamente indiferente a todo aquello que no es vos mismo. 

Y la crisis económica que en la familia se ha tenido que atravesar pareciera ser solo la cereza en tu pastel. 

Definitivamente este año no ha habido mucho de lo que enorgullecerse; tus lágrimas son evidencia de ello. 

Pero hoy, a inicios de tu año número veinticuatro, quiero que sepás que no hay de qué preocuparse; Dios tiene puertas más grandes y asombrosas en tu camino, listas para ser abiertas al sonido de su voz. Creo que al cerrarte aquellas otras puertas, solo está queriendo mostrarte el camino hacia las cosas grandes y mejores que hay preparadas para vos. 

Estoy seguro que no se ha olvidado de ninguna de tus lágrimas, ni de tu confianza, ni de esa fragilidad, que a solas, sabés depositar en Él. Sé que había que quitarte un poco de orgullo para que recordaras como notar Su Amor de forma apropiada; que había que dejar las rodillas se te debilitaran un tanto, para que supieras volver tu mirada hacia Él preguntando qué hacer. 

Y Dios, como siempre y siempre, te ha mostrado que sus ojos no se han apartado ni un segundo de vos y que sigue cuidándote como el primer día. A pesar de todas tus frustraciones, angustias y decepciones, siempre ha habido palabras de esperanza de su parte. Nunca ha permitido que tu corazón se ahogue en medio de la incertidumbre; y eso, es algo por lo que ambos debemos agradecer. 

Yo estoy orgulloso de vos Carlos, me cuesta decírtelo porque soy igual de altanero; pero sí, estoy orgulloso. Estoy orgulloso que tu orgullo se haya rendido ante Él; y estoy seguro que en su amor, Él nunca se olvidará de eso. 

No te preocupes si los demás te ven como algo pequeño, o poco exitoso; permití que la paz y el amor de Cristo sean esa satisfacción que te podás llevar todas las noches antes de dormir. 

Yo declaro amplias, abundantes e ilimitadas bendiciones para tu vida; declaro paz y calma, declaro salud y bienestar, y declaro el cumplimiento de cada uno de tus sueños. Vos encargáte únicamente de hacer todo con amor; sí, como si fuera para Él, como si fuera para Dios. 

Felices veintitrés. 

Y desde aquí, el más grande de mis abrazos. 

Por:
Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com

domingo, 14 de junio de 2015

Las cosas que no tengo

He estado pensado como sería mi vida si siempre hubiera tenido todo lo que pedía: a veces me lamento e internamente deseo haber tenido más, otras veces me alegro de lo que hubo, y con decisión me enorgullezco de que aquello me haya constituido tan bien. Aunque nunca lo había meditado así, me doy cuenta que a la fecha muy pocas cosas me han sido negadas; cuando niño, hubo juguetes que mamá no pudo comprarme porque no se disponía de suficiente dinero en casa, de adolescente la cuestión de los juguetes de sustituyo por ropa nueva, y luego por las interminables clases pagadas que yo quería tomar. 

Pero sin duda nada de lo que no se me dio me marcó de forma negativa; aunque reconozco que mamá tuvo que soportar algunos berrinches de mi parte... ¡Vaya hijo que he sido!

Dios ha abierto muchas de las puertas que yo he tocado, y ha hecho que casi todas mis peticiones ante terceros sean respondidas de forma positiva. Cuando alguien me dijo no, solo tuve que esperar que alguien más dijera que si para cederme el paso que me había sido negado. Lo que en mi vida no pudo hacer el dinero, lo hizo Dios con su amor; ni siquiera puedo imaginar cuanto tengo que agradecerle por su bondad hacia mí. 

Curiosamente, apenas hace un par de días (quizás menos), vi como una de las cosas que más había deseado en mi vida no me fue concedida. A mis veintidós años, le había apostado a una beca para cursar mi maestría en el extranjero y ya tenía elaborado el plan para mis próximos veinticuatro meses. Ni siquiera contemplaba la posibilidad de no ser aceptado como beneficiario; y por la misma razón, no tenía plan de contingencia. 

Apliqué a un programa de becas, y no fui aceptado; una de las peticiones más serias de mi vida fue negada... Y yo, vengo para decirte que agradezco; agradezco las cosas que no tengo. 

Como dije antes, Dios me ha abierto muchas puertas; muchas, pero no todas. ¿Que pasó con las puertas que no me abrió? Pues tampoco me había puesto a pensar en eso: hasta ahora. Cuando Dios no abrió una puerta que yo toqué, me hizo volver por el pasillo, me dio tiempo para pensar, y me mostró otro camino; luego me llevó hasta otra puerta ( a veces más grande, a veces más chica) y me dio la voluntad y el ánimo para llamar como si fuera la primera vez. Y luego... ¡BUM! 

Me hizo entender porque la primera nunca fue abierta, porque las bendiciones que llegaron a mi vida después fueron más asombrosas e increíbles de lo que yo podía pensar. Porque todo lo que yo esperaba recibir termino pareciendo pequeño en comparación con aquellas bendiciones que me fueron entregadas. 

Nico, algún día, al orar, repetile  a Dios lo que yo le he dicho estos últimos días. Decile de mi parte que le agradezco por lo que no tengo, porque he comprendido que lo que Él dará es mucho mejor. 

Decile que agradezco por las puertas cerradas, porque comprendo que no son bendiciones negadas, sino Él, llevándome hacia las cosas maravillosas y espectaculares que quiere darme. Decile que no dudo que Su mano, está guiándome hacia ese lugar donde encontraré todo lo que siempre he querido. Y sobre todo, decile que sé, y que sé bien, que Él tiene cuidado de todo, y que estoy listo para ver el mar abrirse ante mí; pero que esperaré alegre hasta que sea el momento que Él considere conveniente. 

Finalmente, decile que no he olvidado ninguna de sus maravillas, ni las bendiciones ya recibidas, y que por ello elevo con alegría mi alabanza dándole toda la gloria. Porque todo es por Él y para Él. 

Mientras tanto Nico, seguiré esperándote, que no dudo que pronto tendré cosas asombrosas para contarte. 

Desde un par de años atrás...

Te amo. 

Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com

miércoles, 8 de abril de 2015

Carta para Carlos: una vida de imperfecciones

Tenía ya varios días sin escribirte, si no me equivoco, no te escribía desde tu cumpleaños número veintiuno en 2013. Aquellos fueron sin duda días intensos, creo que nunca te he visto con las emociones tan a flor de piel como en aquellos (ahora) memorables momentos de tu vida. 

Más de dieciocho meses han pasado desde entonces y hoy vengo para hablar de varias cosas con vos, quizás mis motivos no son tan alentadores como los de aquellos días, pero no dudo que dentro de todo también tengo una buena noticia para darte.  

El 2015 ha sido un año algo extraño ¿cierto?, te conozco tanto que sé que nunca has deseado con tal intensidad volver a otros capítulos de tu vida solo para poder respirar un poco del presente, para escapar de la realidad que a veces te parece tan pesada y grotesca.  Sé que algunas cosas te han hecho sentir peor persona de lo que jamás imaginaste ser. 

Los últimos tres meses has pasado preguntándote si realmente vales la pena. 

Difícil pregunta, difícil. Difícil respuesta también. 

No puedo responder a la cuestión de valer la pena o no, porque no soy el indicado; pero puedo decir con seguridad que vos, estás lleno de imperfecciones. Tu vida, es una vida de imperfecciones. 

Nunca, como en este período, había notado que sos tan inseguro, prácticamente le temes a todo lo que no controlas al cien por ciento. Con vos no hay tranquilidad tal, mientras las cosas no estén alineadas de la forma en que tus astros cerebrales te indican que deberían estar. Te he visto incluso ver películas hasta la madrugada por miedo a la oscuridad. A veces hasta quisiera susurrarte que todo va a estar bien, buscando que así de pronto logres dormir tranquilo. 

También sos envidioso talla extra grande. No te gusta que los logros de nadie superen a los tuyos. Incluso a veces te preguntas si es válido pedirle a Dios que le dé triunfos más pequeños a los demás, para que tal vez así los tuyos puedan verse más asombrosos. Si la vida fuera una revista, no soportarías que nadie más estuviera en la portada.  

Creo que al final, la envidia es producto de tu inseguridad, y yo he seguido queriendo decirte que todo va a estar bien, que quizás no te falte ningún reconocimiento para que otros valoren lo que haces. 

También sos altanero y egocéntrico, siempre necesitando que se haga notar porque vos sos el mejor en todo, porque el resto es inferior a su majestad. Estoy seguro que más de alguna vez has deseado entrar a un lugar esperando que todos te miren con admiración como si tu sola existencia lo mereciera. Y yo he seguido con aquellas ganas de decirte que vas a estar bien, incluso si nadie parece notarte. 

Obstinado e impaciente, varias veces he tenido que detenerte de decir algún par de estupideces a aquellas personas que no comparten tu forma de hacer las cosas. Porque para vos, si no es a tu manera, entonces no se hace. Y yo, queriendo decirte que todo va a estar bien, incluso si te das permiso de hacer las cosas de formas diferentes a las que vos crees, son las correctas. 

Carlos, vaya que sos un ser humano imperfecto. Y sé cuánto te han costado tus defectos, y sé que a veces no has querido corregirlos, y sé que a veces solo te has tirado a la cama a llorar, deseando tener solo un par de virtudes más. Sé que darte cuenta de tus propios defectos ha resultado doloroso de vez en cuando. 

No tengo ningún argumento para decirte que tus defectos no cuentan, pero tengo argumentos para decir con seguridad que Dios está trabajando en vos.  Él está transformando ese barro tan lleno de impurezas, en el material apropiado para crear la vasija perfecta. 

No tengas miedo… Todo estará bien. No te afanes en ser “más perfecto”, dejale eso a Él, que te aseguro que su cuidado y bondad también están efectuando esas transformaciones llenas de amor que vos siempre has esperado en tu vida. 

Quizás debo decírtelo más claro: Es Él quien perfeccionará la obra. 

Tu misión, por ahora, es disponer tu corazón para que Su Amor irrigue hasta el último centímetro de vos. 

Yo estaré ahí para ver cuando esas imperfecciones de hoy, vayan tornándose en virtudes admirables; y estaré ahí para recordarte a quien es que debes agradecer cuando eso suceda. 

Desde aquí, te amo. 

Carlos 

Carlos Eduardo Gómez 
cared1992@gmail.com

jueves, 2 de abril de 2015

De lo que tengo para decirte…

Creo que dados todos los episodios anteriores de mi vida, que son (quizás no tan dichosamente) capítulos anexos de la tuya, podría resultar razonable que cada vez que yo te diga “Quiero decirte algo”, tu corazón se acelere y pidas a Dios que las próximas palabras que salgan de mi boca no sean una noticia que ponga tu mundo de cabeza. 

Me parecería razonable que desearas que te tuviera un poco menos de confianza y no tuviera tantas cosas para decirte. Me parecería razonable, y aun así, algo me dice que siempre has preferido escucharme, impidiendo  que me ahogue en aquellas cosas que necesito expresar. 

También sé que a lo largo de tus años y a pesar de todos mis pasos en firme, tu mirada e instrucción siempre han estado particularmente listas para ayudarme con el timón de mi vida, cuando me introduzco con miedo en aquellos terrenos que me resultan apabullantes.  Has aplaudido mis logros, pero mejor aún, te has dedicado a mostrarme cuales son las cosas que necesitan ser corregidas, mejoradas o afirmadas en mi vida. 

Como te agradezco, por nunca tomar a mal ninguna de mis confesiones, y tener siempre palabras que puedan tranquilizar mi corazón agitado. Como te agradezco por escuchar declaraciones absolutamente decepcionantes, y luego decir que aún me amas. Como te agradezco por abrazarme fuerte cuando lo único que puedo hacer es llorar. Como te agradezco por siempre escuchar… lo que tengo para decirte. 

Tus años a mi lado, o mis años al tuyo, han sido una aventura en la cual no he podido tener mejor compañera. Gracias por jugar todos esos roles trascendentales en mi vida sin vacilar ni un segundo. Gracias por darme valor cuando las rodillas me tiemblan y gracias por darme todos los empujones necesarios para que siempre coseche éxitos ilimitados en todo lo que hago. 

Tengo tanto para decirte, para agradecerte… 

Pero por lo que más te agradezco, es por dar a tus hijos una vida llena de ejemplos. Nunca, en veintitrés años, he conocido a nadie que represente mejor una vida de servicio, de humildad, de sencillez, de trabajo, de perdón y de amor. Gracias por decir poco, y por hacer mucho.

Gracias por ser vos cada día, y decirme con tu vida que tome mi cruz y siga a Cristo. 

Sé que mis bendiciones quizás no son las de mejor calidad, pero yo te bendigo, con la sinceridad con que se bendice a quienes nos inspiran.  Que Aquel que es poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemente de lo que pido y entiendo, te bendiga con la plenitud con que realmente lo mereces. 

Feliz cumpleaños mamá.

Y aunque haya más cosas por decir, me gustaría que lo dejemos hasta aquí, porque sé que sin palabras, vos y yo, también nos entendemos. 

02/04/2015


Por: