domingo, 16 de septiembre de 2018

Es suficiente

"...porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el Señor—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados"
Jeremías 31:34


Hola Nico, 

En la iglesia siempre hablan de la importancia de perdonar a los demás, pero no recuerdo haber escuchado mucho sobre la importancia de perdonarse a uno mismo. 

Me di a la tarea de investigar... No, no hay nada sobre el perdón a uno mismo en La Biblia. 

Me tomó un par de días de reflexión tratar de recordar un episodio de mi vida en el que Dios me mostrara algo al respecto, pero tampoco logré recordar con claridad algo que pudiera escribir concretamente. 

Decidí sentarme a escribir y justo al momento de encender la computadora, vinieron a mi mente dos razonamientos claros de los cuales sin duda hay fundamento bíblico: Dios quiere que amemos al prójimo como a nosotros mismos y la suficiencia del sacrificio de Jesús en la cruz para perdonar nuestras faltas (si, una infinita cantidad de ellas). 

Dios no quiere que vivamos con culpa por los errores que cometimos en el pasado; mas bien, quiere que nos amemos a nosotros mismos y seamos capaces de perdonarnos, porque ese amor restaurador es el mismo que se necesita para perdonar las faltas de aquellos que nos ofenden. 

Sin amor es imposible que podamos perdonar aquellas cosas que nos acarrean culpa al final del día, y sin amor es también imposible que perdonemos a nuestro hermano cuando nos ofende. Estoy seguro que no es la voluntad de Dios que vivamos dándonos golpes de pecho por errores por los cuales Jesús ya pagó.

Porque Nico, su sacrificio es suficiente. Y si Él, a través del sacrificio de Jesús en la cruz quiso perdonarnos, estoy seguro que Él quiere que también nosotros nos perdonemos a nosotros mismos. 

Y si Él ha dicho que no se acordará más de nuestras faltas; ¿Qué puede llevarnos a pensar que sí quiere que nosotros las recordemos como algo que nos cause dolor? 

Creo que Dios desea que podamos ver nuestro pasado como algo de lo que podemos agradecer y de lo que podemos sentirnos felices por todas las cosas que al presente Él ha hecho por nosotros. 

No imagino a Dios deseando que el pueblo de Israel recordara su pasado como esclavo de Egipto (y que eso los hiciera entristecerse) sino como aquel episodio del cual habían heredado libertad y del cual podían regocijarse por todas la generaciones. 

Lo digo una vez mas: su sacrificio es suficiente para que haya perdón y reconciliación de Él hacia nosotros, pero también de nosotros con nosotros mismos. 

Y de nuestra parte está buscar que sea siempre ese mismo amor y perdón el que dirija nuestro accionar en todo lo que hacemos. Que sea ese mismo amor el que nos permita reconciliarnos con nuestro prójimo, y que sea ese mismo amor el que cubra cualquier tipo de faltas que nos separan de nuestros hermanos. 

Que sea el amor de Dios el que dirija siempre nuestro caminar... 

Desde unos años atrás, 

Te ama. 

Papá




Por:
Carlos Eduardo Gómez